Corría el año 1796, bajo el reinado de Carlos IV España se preparaba para iniciar formalmente la guerra que de forma encarnizada se libraba ya, en aguas del Atlántico. Las rutas comerciales establecidas entre el nuevo mundo apenas descubierto y la madre patria peligraban bajo la amenaza de los
Piratas ingleses. Lo que embajadores y emisarios no pudieron resolver , se resolvía a cañonazos, en abordajes y saqueos . Su majestad concedió autorizaciones y títulos a delincuentes y marineros de dudoso honor convirtiéndolos a base de patentes de corso en adalides de la seguridad y de la justicia españolas en mitad del océano.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Animaros !!!!!