jueves, 12 de diciembre de 2013

De idas y vueltas...

Lo que me gusta de las palabras es justo lo que me disgusta de la gente que las usa ... La versatilidad, la ausencia de sentidos unívocos, el enorme margen a la interpretación y la vaguedad. 

Yo que amo las palabras ,me gusta usarlas con la precisión  de un cirujano, el mimo de un artesano y el cuidado de una madre. Sobre todo al escribirlas, las pienso y las elijo con el máximo de los cuidados.

Hay gente en cambio que disfruta con los giros inesperados y con los dobles sentidos. Dejando a su interlocutor la tarea de descifrar con bola de cristal en mano , que querrá decir en verdad.

Aún si uno podría pensar que palabras como "guía, faro o estrella " dedicada a una persona son señal de respeto, de reconocimiento y de franca admiración ... Y las frases como " me alegrara tu vuelta y tengo ganas de verte " llevarían a pensar que alguien esperaría al menos media vida en una estación de trenes cualquiera para recibir el abrazo de alguien largamente esperado. He descubierto que no, que en realidad esas palabras pueden ser sólo aire que sale de los pulmones de alguien y llenan dos segundos un espacio más vacío que ellas mismas ... 

Su señoría, es una de estas personas.. Espadachín de las palabras, torero de los sentimientos... Ha esquivado con elegancia y soltura cada uno de mis envites, cada uno de mis cumplidos y cada una de mis puyas. 
Me ha dejado bailando sola pero nunca apago la música. Temiendo sin duda perder a su mejor fan a su más fiel sirvienta. Entre tanta cal y arena, su señoría ha seguido con su vida. Ha curado repentinamente su alma de heridas pasadas y la ha puesto  de nuevo en el mercado. 

No puedo evitar pensar que mis mimos, mis cuidados y mis atenciones han tenido algo que ver en esta curación. Me congratulo por ello.

De estos meses de mutuo conocimiento debería haber aprendido que su señoría es pragmático, que sólo si algo sirve permanece y que no hay espacio en su alma para " objetos ya usados " . La princesa que ocupe el trono de la antigua princesa debería saber que, su señoría  no muestra sus sentimientos, hay un muro infranqueable. Seguramente haya espacio para la ternura, pero es una faceta que su señoría nunca mostrara  conmigo. 

 Pronto a sacar a relucir lo poco que se de el y lo osada que soy al aventurar juicios sobre lo que su señoría piensa o siente , Simplemente podría su merced haber confirmado o desmentido.... Hubiera sido mucho más revelador. La bola de cristal no siempre funciona. 

Debo decir que no ha devuelto ni la enésima parte del cariño que yo le he profesado. Deudas quedan, una comida preparada por el , un abrazo largo que sepa a abrazo y un regalo . Siempre me sorprendió al decir que yo era alguien especial su forma de demostrarlo ha sido siempre un misterio . Las ecuaciones de su señoría no son las mismas que las del resto de los mortales. 
Negando que en su vida sea necesario el amor y las relaciones se aboca precipitadamente a la próxima y pareciendo que sabe exactamente lo que hace con su vida cambia de idea constantemente. Ya no es mi problema, no soy más el pepito grillo de un Pinocho que se cree Capitán Garfio. 

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