En muchas ocasiones he sabido gobernarlas y en otras me desbordan. No es por casualidad que van ligadas a mis sentimientos mucho más que a mi razón.
Una persona tan poco megalómana
Como yo, que no admira a nadie por profesión o riqueza, sin duda me pliego ante quien maneja las palabras con más agudeza y más destreza que yo misma.
Su señoría, es un ejemplo claro de espadachín lingüístico. El, al contrario que yo, sopesa y elige sus dardos envenenados con sumo cuidado y raciona y reserva sus cumplidos y parabienes. He querido estar cerca de el para aprender y mejorar. He querido mimarle , consentirle, divertirle y acompañarle...
Y al igual que ninguna hoguera se impone a un tifón. Que ningún árbol se impone a un rayo .. No he sido capaz de abrigar por más tiempo el cariño que existió.
" eres una más ..." Es un perfecto epitafio para una relación condenada al fracaso. Ni siquiera yo, hábil como pocas para enmascarar realidades y vivir al otro lado del espejo puedo obviar semejante oprobio, ofensa, afrenta ...
Que palabra puede contrarrestar ese emvite ? Cuanta azúcar es necesaria para endulzar el cacao amargo ?
Más que muerte por chocolate, esto podría ser .. Muerte por palabras..
Descanse en paz.
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